En la actualidad, estamos rodeados de tecnologías que recopilan datos sobre nuestra vida, nuestras emociones y hasta nuestra actividad mental. Desde aplicaciones de redes sociales hasta dispositivos de seguimiento físico, nuestra privacidad mental se ve constantemente puesta a prueba. Un área especialmente relevante, y muchas veces subestimada, es el uso de aplicaciones que promueven el bienestar personal, tales como aplicaciones de bienestar físico hasta otras como meditación, yoga, y seguimiento de la salud mental.
El auge de las aplicaciones de bienestar
Cada vez son más las personas que se suscriben y utilizan aplicaciones de bienestar para mejorar su salud mental y emocional. Aplicaciones gratuitas o de pago ofrecen meditaciones guiadas, programas de relajación, seguimiento de hábitos saludables y técnicas de respiración, entre otros. Estos servicios, que prometen mejorar nuestra calidad de vida, también recogen una cantidad considerable de datos sobre nosotros, incluyendo nuestro estado de ánimo, frecuencia de uso, horarios, actividad física y, en algunos casos, hasta nuestra localización geográfica.
Si bien estas aplicaciones suelen presentarse como herramientas para el autocuidado y la mejora del bienestar, es importante reflexionar sobre el uso de nuestros datos personales. De acuerdo con sus políticas de privacidad, la mayoría de estas aplicaciones tienen acceso a datos sensibles sobre nuestra salud mental y física. Esto podría incluir no solo nuestra actividad diaria, sino también información más privada sobre nuestros pensamientos y emociones a través de ejercicios de meditación, diarios de bienestar o seguimiento de hábitos.
Por ejemplo, algunas aplicaciones de meditación permiten a los usuarios rastrear su progreso en prácticas de meditación, el tiempo dedicado a cada sesión y las emociones experimentadas durante la práctica. Aunque el objetivo inicial de estas aplicaciones es proporcionar bienestar, los datos recogidos pueden ser almacenados y utilizados para fines comerciales. Esto plantea una gran preocupación sobre la privacidad mental, ya que la información sobre nuestros pensamientos, emociones y comportamiento está siendo colectada sin una comprensión completa de las implicaciones para nuestra privacidad.
¿Qué datos están siendo recolectados y cómo se utilizan?
Aunque muchas de estas aplicaciones ofrecen servicios gratuitos, la «gratitud» por el acceso gratuito a estas herramientas a menudo viene con un precio: nuestros datos personales. Algunos ejemplos de la información que estas aplicaciones pueden recopilar incluyen:
¿Por qué debemos preocuparnos por nuestra privacidad mental?
El problema con la recolección de estos datos es que, si no se maneja adecuadamente, puede dar lugar a la creación de perfiles psicológicos muy detallados, lo que vulnera nuestra privacidad mental. En un contexto en el que las empresas se benefician de nuestra información, nuestros pensamientos y emociones se convierten en productosque pueden ser vendidos a terceros, como anunciantes o incluso compañías de seguros, que los utilizan para predecir comportamientos, personalizar anuncios o, en el peor de los casos, manipular nuestras decisiones.
Imagina, por ejemplo, que tu comportamiento emocional, tu estado mental o tu frecuencia de uso de una app de meditación es analizado por una empresa que luego te ofrece productos o servicios destinados a modificar tu estado de ánimo o tu salud mental. Esto no solo afecta tu autonomía, sino que también puede inducir un estado de vulnerabilidad emocional al utilizar tus datos para fines comerciales.
Además, la capacidad de almacenar y acceder a datos emocionales puede tener implicaciones serias en situaciones donde los datos sean mal utilizados, como en la manipulación de elecciones políticas o comerciales. En el futuro, si la información de nuestras respuestas emocionales llega a ser procesada mediante inteligencia artificial y combinada con datos obtenidos de otras plataformas, la invasión de nuestra privacidad mental podría ser aún mayor.
¿Qué podemos hacer para proteger nuestra privacidad mental?
En primer lugar, es importante ser conscientes de qué aplicaciones estamos utilizando y qué datos estamos compartiendo con ellas. A continuación, algunos pasos que podemos tomar para proteger nuestra privacidad mental:
La privacidad mental es un derecho fundamental que debemos proteger de la misma manera que protegemos otros aspectos de nuestra privacidad. Aunque las aplicaciones de bienestar pueden mejorar nuestra calidad de vida, es esencial ser conscientes de cómo estas tecnologías recolectan, utilizan y, a veces, venden nuestros datos personales. A medida que nos adentramos en un futuro cada vez más interconectado, debemos asegurarnos de que nuestras mentes no sean tratadas como mercancías, y que nuestras decisiones sobre cómo proteger nuestra privacidad sean tomadas de manera informada y consciente.
En The Wellbeing Planet, trabajamos para educar, sensibilizar y promover el desarrollo ético de estas tecnologías. La identidad personal no debe ser un precio a pagar por el progreso tecnológico, sino una esencia a preservar en el camino hacia un futuro más justo y humano.
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