La Diferencia entre Validar y Aceptar en Psicología por Koncha Pinós

La psicología ha estudiado ampliamente la importancia de las relaciones interpersonales en el bienestar emocional de los individuos. En este contexto, dos conceptos fundamentales, validar y aceptar, juegan un papel crucial en la manera en que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos. Aunque en muchos casos se utilizan de manera intercambiable, estas dos nociones tienen implicaciones distintaspero igualmente esenciales para el entendimiento de las dinámicas emocionales y de comunicación.

Cuando hablamos de validación y aceptación, nos referimos a dos procesos diferentes que tienen que ver con cómo nos acercamos a las emociones y pensamientos, tanto ajenos como propios. La validación se enfoca en reconocer y comprender la experiencia del otro, mientras que la aceptación se refiere a un proceso más amplio de permitir yintegrar esas experiencias sin juicio. Ambos procesos son fundamentales para una comunicación sana, y son clave en la resolución de conflictos y en el fortalecimiento de las relaciones personales, profesionales y de pareja.

En este artículo profundizaremos en las diferencias entre validación y aceptación, su relación con las respuestas defensivas condicionadas, y cómo estos procesos influyen en nuestra comunicación diaria. También exploraremos cómo se manifiestan en situaciones de pareja y en el entorno laboral, apoyados en los estudios de los más importantes autores en el campo de la psicología. Finalmente, abordaremos el proceso de validarnos a nosotros mismos como herramienta para fortalecer nuestro poder personal y emocional.

La Validación: Reconociendo la Experiencia del Otro. La validación es un proceso emocional que implica reconocer y comprender los sentimientos, pensamientos y experiencias de otra persona como reales, legítimos y dignos de ser escuchados, sin necesariamente estar de acuerdo con ellos. Este proceso no implica aprobación ni descalificación, sino simplemente un acto de empatía que permite que la otra persona se sienta escuchada y comprendida.

Autores como Marshall Rosenberg, creador de la Comunicación No Violenta (CNV), subrayan la importancia de la validación en el proceso de resolución de conflictos. En su enfoque, Rosenberg propone que la validación es crucial para evitar que las personas se sientan atacadas, lo que podría desencadenar respuestas defensivas automáticas. Cuando validamos a alguien, estamos diciendo, en esencia, “entiendo cómo te sientes y reconozco la validez de tus emociones, aunque no necesariamente comparta tu punto de vista”.

La validación emocional no significa que estemos de acuerdo con lo que está ocurriendo, sino que simplemente reconocemos la perspectiva y los sentimientos del otro. Por ejemplo, si una persona expresa su frustración por un problema en el trabajo, validar esa emoción sería algo como: “Entiendo que te sientas frustrado, es natural sentirse así cuando las cosas no salen como esperábamos”. Este acto de comprensión permite que la persona se sienta reconocida y menos vulnerable a la crítica.

La Aceptación: Permitiendo la Existencia Sin Juicio. En contraste con la validación, aceptar va más allá del reconocimiento de la experiencia del otro y se refiere a un proceso más amplio que implica permitir que algo exista tal como es, sin tratar de cambiarlo o juzgarlo. Aceptar no implica necesariamente estar de acuerdo con lo que está ocurriendo, sino simplemente permitir que la situación o la emoción se integre como parte de la experiencia humana. La aceptación no intenta modificar la experiencia, sino que la abraza en su totalidad, reconociendo que cada experiencia es válida, incluso si no corresponde a nuestras expectativas.

En el ámbito terapéutico, autores como Carl Rogers han enfatizado la importancia de la aceptación en el proceso de crecimiento personal. Rogers, uno de los fundadores de la psicología humanista, habló de la necesidad de un ambiente de aceptación incondicional para que el individuo pueda explorar su verdadero ser. Esta aceptación incondicional es lo que permite que las personas se sientan seguras para explorar y expresar sus emociones sin temor al juicio.

En la comunicación interpersonal, la aceptación ayuda a crear un espacio donde no se busca cambiar a la otra persona ni sus emociones, sino simplemente permitirles ser. Por ejemplo, en una relación de pareja, cuando uno de los miembros está pasando por un momento emocionalmente difícil, aceptar su experiencia sería permitirle sentir lo que siente sin presionarlo para que “superé” o “solucione” su problema. En lugar de intentar cambiar la situación, se le da espacio para vivirla y procesarla a su propio ritmo.

Las Respuestas Condicionadas y la Defensa del Poder Personal. Cuando las personas sienten que sus emociones o pensamientos no están siendo validados o aceptados, es común que surjan respuestas automáticas, principalmente defensivas. Estas respuestas se originan de patrones de defensa que todos tenemos programados como parte de nuestra naturaleza humana. La defensa se activa en situaciones donde percibimos que nuestro bienestar emocional o nuestro poder personal está siendo amenazado.

La psicología evolucionista, representada por autores como John Bowlby y Donald Winnicott, explica que los seres humanos estamos biológicamente predispuestos a defendernos ante lo que interpretamos como amenazas, ya sea físicas, emocionales o psicológicas. Cuando percibimos que estamos siendo atacados o descalificados, nuestra respuesta inicial puede ser una defensa automática, incluso si no estamos conscientes de ello.

Las respuestas defensivas son una forma de proteger nuestro ego y nuestra identidad. Sin embargo, estas respuestas pueden ser disfuncionales si no se gestionan adecuadamente, ya que nos pueden alejar de una comunicación auténtica y honesta. Además, la activación constante de estas defensas puede hacer que perdamos una parte de nuestro poder personal. En lugar de responder de manera consciente y equilibrada, nos vemos atrapados en una reacción emocional condicionada que nos impide reflexionar sobre la situación y adaptarnos de manera más efectiva.

Validarnos a Nosotros Mismos: El Camino hacia el Poder Personal. Validarnos a nosotros mismos es un proceso de autocomprensión y autoconciencia que implica reconocer nuestras propias emociones, pensamientos y comportamientos como válidos, sin juicio. Este proceso nos permite no depender de la validación externa para sentirnos valiosos y dignos de ser escuchados. La validación interna es clave para mantener nuestra integridad emocional, ya que nos permite no solo sobrevivir, sino prosperar en situaciones de conflicto.

El psicólogo Albert Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), sostuvo que el primer paso hacia el bienestar emocional es dejar de depender de la aprobación de los demás. Según Ellis, muchas personas desarrollan una dependencia de la validación externa, lo que las hace vulnerables a la crítica y las dificulta ser auténticas con ellas mismas. En lugar de esperar que los demás validen nuestras emociones, es crucial aprender a hacerlo por nosotros mismos.

Cuando somos capaces de validarnos, no necesitamos reaccionar de manera defensiva ante cada crítica o desacuerdo. En lugar de eso, podemos integrar esas críticas de manera constructiva, sin perder nuestro sentido de identidad ni nuestro poder personal. Esto implica aceptar nuestras emociones tal y como son, sin juzgarlas como buenas o malas. Aceptarnos a nosotros mismos sin condiciones nos permite ser más resilientes y tener una mayor capacidad para afrontar los desafíos de la vida.

Ejemplos en la Relación de Pareja y en el Trabajo

En la Relación de Pareja. Imaginemos una pareja donde uno de los miembros llega a casa después de un día estresante en el trabajo y expresa su frustración de forma verbal. Si la otra persona responde con validación, podría decir algo como: “Entiendo que hayas tenido un día difícil y que eso te haya molestado. Debe ser agotador lidiar con ese tipo de situaciones”. Aquí se está validando el sentimiento de frustración sin juzgarlo ni tratar de minimizarlo.

En contraste, si la respuesta es descalificadora, como “No tienes razón para estar tan molesto, todos tenemos días difíciles”, esto puede hacer que la persona se sienta invalidada, lo que probablemente llevará a una respuesta defensiva. En este caso, el diálogo se bloquea y el conflicto puede intensificarse.

La aceptación en este contexto sería permitir que la persona se sienta como se siente, sin apresurarse a cambiar la situación. Puede implicar decir: “Entiendo que te sientas así, y estoy aquí para apoyarte en lo que necesites”. No se trata de arreglar el problema inmediatamente, sino de proporcionar un espacio para que la emoción sea procesada sin juicio.

En el Trabajo. En un entorno laboral, la validación es fundamental cuando los empleados o colegas se enfrentan a desafíos. Si un miembro del equipo expresa su frustración por un proyecto que no salió como se esperaba, el líder o compañero puede validar su experiencia diciendo: “Parece que este proyecto no salió como lo esperábamos. Entiendo tu frustración, es normal sentirse así cuando las cosas no van bien”.

La aceptación en este contexto podría ser permitir que los empleados se enfrenten a sus desafíos sin presionarlos para que actúen de inmediato. En lugar de insistir en una solución rápida, los líderes pueden crear un ambiente donde se permita procesar las emociones antes de tomar decisiones. Esto fomenta un sentido de pertenencia y seguridad, y permite que las personas se sientan apoyadas en lugar de atacadas.

La Importancia de Validar y Aceptar para el Bienestar Emocional. La validación y la aceptación son procesos fundamentales para la construcción de relaciones saludables, tanto en la pareja como en el ámbito laboral. A través de la validación, somos capaces de reconocer y comprender la experiencia de los demás, mientras que la aceptación nos permite integrar esas experiencias sin juicio. Ambos procesos son esenciales para evitar respuestas defensivas automáticas que pueden dañar la comunicación y el bienestar emocional.

La capacidad de validarnos a nosotros mismos es crucial para mantener nuestro poder personal y nuestra estabilidad emocional. Al ser conscientes de nuestras emociones y pensamientos y aceptarlos sin juicio, podemos fortalecer nuestra resiliencia y ser más efectivos en nuestras relaciones. Al final, la validación y la aceptación no solo son herramientas de comunicación, sino caminos hacia el autoconocimiento y el crecimiento emocional.

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